En esta entrada se mostrarán
algunas funciones de los gestores de aprendizaje Moodle y Claroline. Este
último presenta una versatilidad interesante ya que puede ser usado para
entornos de aprendizaje y entornos laborales. (Plataforma E-Working). Ambos incluyen licencias GPL, manteniendo las
cuatro libertades de la misma: Ejecución, Modificación, Personalización y
Distribución de copias.
Moodle se utiliza para el
alojamiento de cursos, fundamentado en la educación social constructivista,
donde el estudiante es el centro del proceso y valorando el aprendizaje
cooperativo.
Su nombre indica que se establece
en un sistema modular que puede ser modificado a la necesidad de los usuarios,
situación que es apreciada por los programadores.
Se usa para cursos totalmente
virtuales o como apoyo a procesos presenciales. La interfaz es sencilla y tiene
amplia aceptación por instituciones y usuarios, permitiendo la personalización
en cursos y perfiles de usuario.
Por su parte, Claroline también cuenta
con alta difusión, al ser traducido a 35 idiomas. Se puede manejar a través de
la web, donde los líderes del proceso de aprendizaje pueden construir cursos
con facilidad.
Facilita la gestión de documentos
y la mediación del aprendizaje a través de la monitorización de los trabajos en
grupo y revisión de estadísticas. Presenta la posibilidad de estimular a los
estudiantes a través del reconocimiento con distintivos disponibles en la plataforma.
Como dato importante, en 2007, el proyecto fue
reconocido con un premio de la UNESCO, por el uso de tecnologías de la información
y comunicación en la educación.
Al momento de escoger el gestor
de aprendizaje, cualquiera de estas dos opciones es adecuada y tiene
características similares, sin embargo, nos podemos inclinar por el Moodle ya
que, al contar con una comunidad de usuarios mayor, tiene más extensiones y se
facilita el acceso a la ayuda en la comunidad.
Referencias
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